viernes, 10 de septiembre de 2010

Salvador Dalí y sus caricias en lo más interno del cerebro

La psicodelia salpicó, en su momento, prácticamente a todos los estamentos socioculturales de la sociedad occidental. Pero, si se puede hablar de algún percursor o genio que se adelantó en el tiempo en la intención de escarbar en lo más profundo de la Psique, éste fue sin duda Salvador Dalí y el surrealismo de sus pinturas. No soy crítico de arte ni aspiro a serlo, pero sí puedo narrar el efecto que sobre mí ejercen las pinturas de Dalí.
Muchos son los expertos en arte y otros en mentes que insinúan que la ribera mediterránea tiene "algo" que ayuda a desarrollar cierta capacidad creativa sorprendente, ya sea debido a la influencia de un mar cambiante, un clima de extremos, una alimentación equilibrada, etc... Cierto es que surgen genios de un lado y de otro a la orilla. de este mar. Tal es el caso de Dalí, que muestra sus imágenes cambiantes tal cual el Mediterráneo cambia en 10 minutos de la más absoluta calma hasta la más intensa de las tormentas.
¿Por qué sus cuadros hacen cosquillas en la mente?
Posiblemente, porque la dejan inquieta con figuras y escenas imposibles pero reales en el fondo del propio mensaje, jugando con las más ancestrales pasiones e impulsos humanos, sobre todo con Eros.
El cuadro de la izquierda se llama "El gran Masturbador". ¿Qué se ve en él? Alusiones sexuales directas e indirectas en cualquier zona del lienzo: desde el busto femenino próximo a unos genitales masculinos hasta un anzuelo clavado, el perfume de la sensualidad, las venas de la erección, la langosta fecundada, etc...surgiendo de un globo onírico, el sueño o la simple fantasía surgida en una masturbación.
¿Quién era capaz de desafiar los cánones del buen ver con este tipo de explicitaciones durante la primera mitad del siglo XX? Posiblemente su propio amigo y colaborador Luis Buñuel (al que en su momento dedicaremos una entrada).
Relojes blandos, naturaleza muerta, sufrimiento humano,...son conceptos surgidos de lo más interno de su mente, de la intranquilidad de su existencia y, posiblemente, del influjo de algún que otro psicoactivo.






No obstante y a pesar de su carácter transgresor, se aferra a profundas creencias religiosas que no duda en plasmar en sus pinturas, sin muestra de arrepentimiento, en algunas de sus obras más admiradas.


Su pasión por el sexo, o su pasión por la pasión, llevaro a Dalí a tener dos grandes amores en su vida y que quedaron plasmados en varias de sus pinturas. El primero de ellos fue Federico García Lorca con el que compartió pasión hasta unos años antes de su ejecución durante la guerra civil española.




Su otro gran amor y, a la postre, su mujer fue Gala con quien se dice que mantuvo una relación bastante liberal para aquella época.


En fin, un gran genio que, posiblemente, fue uno de los grandes percursores dela cultura psicodélica en su afán por buscar o, mejor dicho, urgar en lo más profundo de la psique humana.

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